miércoles, 13 de mayo de 2020

Boicot

No termino de tener claro por qué, pero nunca se me ha dado bien ser feliz. No hablo de forma inmediata, sino a largo plazo. 
Cuando pasa un tiempo largo en el que el único drama que tengo es que no tengo drama es cuando empieza el problema. Llega el bicot de mí para mí. Único y exclusivo. Por supuesto, sin venir a cuento. No tendría gracia.
Nadie tiene la necesidad de hacer que su propia felicidad acabe. Sería muy loco que así fuera. Pues yo sí. Tengo la necesidad inconsciente de acabar con aquello que no me está destrozando. Aquello que ahora está suponiendo un peligro para mi estabilidad. Una amenaza. Sólo para poder quejarme después de que la tengo. 
No saber ser feliz es un problema. Y un boicot a uno mismo. Quiero pensar que es por ser una superviviente. Los supervivientes no acostumbramos a ser felices y no lo reconocemos de primeras al ver que por fin lo somos. Por eso es una amenaza. Un estado interno extraño, salta la alarma y se organizada el ataque. Dinamitada, objetivo reducido. 
Así funciono. Se me da mal. Y es otra forma de ser cobarde. De huir de lo que hay en el mundo exterior a mí. No es la forma más tranquila, ni siquiera la más adaptativa. Es la que hay.
Con esto no justifico que me guste, simplemente que es lo que soy, quiero aprender a ser feliz. Quiero aprender a no salir corriendo cada vez que la felicidad se me acerque. Que tenerla en mi vida no me haga querer llorar. Quiero pensar que me la merezco. 
Pero si no se sabe ser feliz, ¿cómo se remedia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario