martes, 12 de mayo de 2020

Cupido no tenía ni idea

Otra vez vengo a hablar de ti. De cómo conocerte cambió mi vida para siempre. De cómo no sabré ser yo si algún día me faltas. 
Nuestra historia surgió de un flechazo. Uno, único y certero al centro pleno del corazón. Un flechazo perfecto, dejó sin aliento. No hubo más víctimas que nosotros. 
Creo que nadie, ni el mismísimo Cupido habría podido imaginar que esa flecha que cargaba haría de ti, lo mejor que me ha pasado nunca. Siempre lo serás. Es una certeza. Como la de que eres el amor de mi vida. 
Nacimos de una preciosa casualidad. Las señales nos golpearon en la cara. Cayendo como el agua en plena tormenta. Menuda revelación cuando pensé que debía pedirte salir. 
No pude dejar escapar a alguien cuya canciín favorita era la mía. y menos si su mejor frase coincidía en ambos. Vamos a estar grabados a fuego todo lo que nos quede en el otro, mi amor. 
Soy más incertidumbre que persona pero tu certeza, la certeza de lo que eres en mi vida, de todo lo que representas, acaba con las dudas. Me vuelves clara.
Apartaste de mi toda mi oscuridad, como las luciérnagas a la noche. Siendo mi mayor faro en mis idas y venidas. Cómo no quererte. Ese es mi mayor imposible. Tú mi mayor todo lo demás. 
Te ao con toda la artillería pesada que se usa en las guerras. Te amo con todo el ímpetu del mar. Te amo siendo indomable como el viento.
Te amo con la fuerza
de todas las flechas
de Cupido.

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