martes, 21 de julio de 2020

Nuestro espacio

Vuelvo a estar tumbada en tu cama y pienso en lo afortunada que soy. Por tener estos momentos contigo, por hacer nuestro lo que es de cada uno. Por crear una intimidad solo para los dos. 
Hemos construido un entorno menos hostil para cada uno. Hemos hecho nuestro el espacio que ocupamos y parado su tiempo para que no se nos haga más tarde. Aquí hay impuesto un lenguaje que solo hablan tu lengua y la mía. 
Nos hemos lanzado a nuestro vacío y acompañado en la caída. Estas son las cosas que pienso cuando me tumbo aquí. En tu pecho. En tu espacio. Que desde el primer día también es mío. 
Inevitablemente nos hemos ido dando todo, hasta las ganas, pero nunca nos faltan. Comos los ratos en la tranquilidad de tu respiración, descanso más viéndote dormir que haciéndolo yo. 
Ya no hay palmos de tu espalda por milimetrar y a mí se me han acabado los sitios donde esconderte los secretos. Un desnudo integral del alma que reina cuando no nos callamos con las bocas ni con las manos. 
Me parece hasta poco darte mis días y mis noches, por eso paremos el tiempo en este momento. Quedémonos aquí, en el lugar que hemos creado. Apartados de todo. Escribiéndonos y describiéndonos en el cuerpo con abrazos y besos. Como si tuviéramos que explicarnos a quien no nos conoce. 
Hazme y deshazme una vez más. Como la cama en la que siempre te observo, donde nos hemos hecho a los dos. Donde hemos tirado nuestros muros. Y donde más veces nos hemos desnudado. 
Hazme el amor de nuevo en nuestro espacio, que la guerra ya me la he hecho muchas veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario