martes, 12 de mayo de 2020

Casi 23

Casi 23 y sigo durmiendo abrazada a un oso de peluche gigante que me regaló un ex y llevando un colgante que me regaló otro. 
Casi 23 y sigo poniéndome los calcetines dispares poeque me hace gracia que a la gente no se la haga. 
casi 23 y aún no comprendo bien mi propio funcionamiento, ni en relación a mi persona ni en relación a la de los demás. 
Casi 23 y sigo escuchando las mismas canciones que hace 5 y sin escuchar las de quien me marcó y se fue. 
Casi 23 y casi todo lo que he aprendido ha sido a palos, y a rotos y descosíos. Cosiéndome yo sola, al final.
Echando de más y de menos han sido estos años. Compuestos en su mayoría de lo mismo: gente que se queda, gente que se va y gente que se queda. De una decepción constante de los otros y de mí. Para los demás.
No sé ser mejor, ni quiero. Casi 23 y solo tengo claro lo que no quiero en mi vida. Pero es que no quiero tantas cosas que sería más fácil enumerar las que sí, y esas aún no las tengo tan claras. 
Estoy a punto de cumplir 23 y sé que la gente que tengo conmigo es la correcta. Sé decir lascosas a la cara. Y también sé ser una condescendiente de mierda. Porque la vida te enseña y yo llevo poco aprendiendo. Encima apenas presto atención. 
Casi 23 y sigo anclada a la pena, como al pasado. Al no pasar una página, de cuyo libro otros han cerrado ya. Pero ahí estoy yo, que no paso. Con un pasado tan profundo y doloroso como la pena enraizada en mi pecho. Todo inamovible. Por muchos años que cumpla. 
22 y siento que, a pesar de todo lo que sé, aún no he aprendido nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario