miércoles, 22 de julio de 2020

Reina de las malas ideas

Nunca he sido de tomar buenas decisiones, ni tampoco tener buenas ideas. Supongo que todo lo bueno que me ha ido pasando ha sido por la providencia u obra de alguna deidad en la que probablemente no crea. 
Tampoco es que tenga malas ideas como incendiar o robar sitios. Bueno, sí, pero tengo moral, ética y esas cosas. He bromeado mucho sobre  la idea de que sería un gran genio del mal pero ni vivimos en una película ni me puedo permitir serlo. Por eso de que somos seres sociales y tenemos vínculos emocionales con personas que no queremos que sufran. 
La cosa es que veo hasta dónde he llegado. Viva. Y me cuesta creerme q no me hayan pasado desgracias atroces ni haya yo provocado el declive de ninguna civilización. Bien hecho! Pero por qué? Pues no lo sé. Porque la mitad de mis decisiones han sido malas y desencadenado catástrofes eemocionales dignas de la extinción de los dinosaurio. Por dentro estoy arrasada. Lo que podría dar explicación a que tampoco se me ocurra ni media idea buena. 
Mucho de lo que me pasa es dramatismo y preocupación de más. Catastrofismo en estado puro es lo mío. Por eso cuando algo sale mal no me impacta ni me duele tanto, pero cuando algo sale bien la alegría es el doble. Aunque después desconfío porque me cuesta creer que algo vaya bien. Finalmente lo boicoteo. 
No es por gusto el boicot, no lo hago queriendo. Normalmente. Es solo que como no sé ser feliz, pues se me da mal serlo y mantenerlo. Así que, al final, de una forma u otra se acaba todo y vuelve a comenzar el ciclo de las lamentaciones de que nada vaya bien. 
Muy caótico todo. Con poco sentido también. Intento aprender de mis fallos, enderezar las cosas, a mí. Pero es costoso y lento y yo soy de tener poca paciencia. 
Solo me queda añadir para quien me lea, lo siento?

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